
Cada día más, sabemos de la importancia del endometrio en la implantación embrionaria. Estudios recientes hablan de un «diálogo» molecular entre el embrión y el endometrio que favorece la implantación y el posterior desarrollo embrionario.
De ahí, que estén surgiendo nuevas líneas de investigación, sobretodo para aquellas parejas con fallos repetidos de implantación. Y, gracias a esas investigaciones, avanzamos en conocimientos.
De hecho, incluímos en nuestra práctica clínica pruebas y técnicas (algunas todavía de una manera experimental y otras con más evidencia científica) para intentar mejorar este «diálogo» y favorecer la implantación.
Podemos diferir la transferencia en fresco y vitrificar los embriones resultantes si, por ejemplo, en la ecografía de control vemos el endometrio desfavorable o los niveles de progesterona en sangre el día de la administración del HCG son altos.
¿Y por qué la progesterona es importante? Porque es la hormona que se encarga de preparar el endometrio, abriendo un periodo de sólo dos o tres días llamado «ventana de implantación» endometrial, único momento en el que el endometrio es apto para recibir al embrión.
Para que lo entendáis mejor, en un ciclo natural, los niveles de progesterona suben a partir de la ovulación, preparando así la ventana de implantación entre 5-7 días después. Si esa progesterona empezara su ascenso antes de la ovulación, la ventana se adelantaría y esto podría hacer que el embrión ya no encontrara ese endometrio receptivo.
Por lo tanto, si extrapolamos esto a un ciclo de FIV, necesito que los niveles de progesterona estén bajos hasta la administración de la HCG (la hormona que induce la ovulación) para evitar una asincronía entre el endometrio y el embrión impidiendo la implantación.
Por eso se están probando, sobretodo en pacientes con fallos repetidos de implantación, nuevas técnicas que permiten conocer, mediante una biopsia del endometrio , si la ventana de implantación está desplazada o no respecto el día teórico esperado, permitiéndonos realizar la transferencia embrionaria en el momento en el que el endometrio de la paciente sea realmente receptivo.
Como dicen los hombres de campo… el buen fruto depende de una buena semilla y de una tierra preparada.
Como ya os he comentado otras veces, el hecho de preservar los embriones sobrantes vitrificándolos da opción a volver a hacer nuevos intentos sin tener que pasar por la estimulación y la punción ovárica. Esas nuevas oportunidades nos permiten aumentar la tasa acumulativa de embarazo por ciclo. Esto es, que aunque la posibilidad de conseguir gestación no varía entre la primera o las sucesivas transferencias embrionarias, el hacer más transferencias aumenta la probabilidad final de conseguir un embarazo de ese ciclo (para nosotros un ciclo incluye la punción y todas las transferencias de embriones que se han conseguido de dicha punción).
Seguro que a muchos os sonará a chino, pero llamamos embarazo ectópico a aquella gestación en la que el embrión se implanta fuera de la cavidad uterina. De todas las gestaciones ectópicas, la localización más frecuente es la que se produce en la trompa (casi un 90%), siendo el ovario, el abdomen o el canal cervical otras localizaciones mucho menos frecuentes (pero con mayor posibilidad de complicaciones).
Para una pareja que no consigue un embarazo no hay nada más desesperante que los resultados de todas las pruebas sean normales. Es lo que llamamos la esterilidad de origen desconocido (E.O.D), y aproximadamente la vemos en un 20% de los casos que acuden a la consulta. Y ¿por qué es desesperante? Sencillamente, porque cuando algo no funciona en cualquier ámbito de nuestra vida, lo que intentamos hacer es localizar el problema y poder así buscar una respuesta adecuada. Pero cuando todo está aparentemente bien, se nos genera una sensación de angustia por creer que, si no hemos encontrado la causa, tampoco seremos capaces de encontrar la solución.



Cuando acude una pareja para estudio de esterilidad, debemos hacer varias pruebas iniciales que conforman el estudio básico. Incluímos un seminograma, una analítica hormonal, una ecografía y la histerosalpingografía que es la prueba que me permite ver la permeabilidad de las trompas (esta última no siempre se solicita, sólo en los casos que vayamos a hacer inseminación artificial).
El seminograma (o espermiograma) es una de las pruebas que se incluyen dentro del estudio básico de esterilidad.
Web del CIRH:
anacer: Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida