En la fecundación in vitro existen todavía muchas leyendas urbanas que no son ciertas pero que ocasionan confusión. Por ejemplo, algunas parejas me preguntan en la primera visita si con la FIV podrán elegir el sexo del embrión.
La ley española de reproducción no permite la selección de sexo a no ser que sea por una causa médica, y siempre pasando el caso por un comité de ética. Por ejemplo, una pareja portadora del gen de la hemofilia. Esta enfermedad se transmite ligada al sexo, por lo que las mujeres son portadoras (pero sanas) y los hombres enfermos. En este caso, se podrían seleccionar exclusivamente los embriones femeninos evitando así bebés enfermos.
Y aunque se está proponiendo, por parte de algunos centros, una ILP para que se lleve al congreso un cambio en la ley, por ahora no podemos elegir el sexo del bebe…
Otro mito es pensar que muchas de las parejas que se someten a una fecundación in vitro tienen gemelos. Y no es así. Si una pareja no quiere asumir el riesgo de un embarazo múltiple simplemente se ha de transferir un solo embrión. Así de simple y así de complejo. Es la decisión que más preocupa a todas las parejas. Y entiendo el por qué muchas parejas prefieren transferirse dos embriones con el riesgo del embarazo múltiple: «después de todo lo que hemos pasado… si nos quedamos de dos, mejor».
Otro día me centraré en la decisión de los embriones que transferimos, pero por ahora, quedaos con la idea de que una pareja que no quiera tener gemelos no tiene que asumir ese riesgo cuando se somete a una fecundación in vitro.