El destino de los embriones

El destino de los embrionesCuando hacemos una FIV y tenemos más embriones de los que transferimos, éstos se suelen vitrificar. Así, si la transferencia es negativa,  tenemos la posibilidad de probar con nuevos embriones sin la necesidad de realizar otra vez todo el proceso.

Si, por el contrario, tenemos suerte y conseguimos un embarazo, esos embriones se conservan.  Cuando ha vencido un año desde que se congelaron, el centro envía una notificación para que la pareja decida qué es lo que quiere hacer con sus embriones.  Las opciones entre las que puede escoger son:

1.  Seguir conservándolos para su reproducción

2. Donarlos para la reproducción de otras parejas

3. Cederlos a la investigación

4. Decidir su descongelación sin otro fin.

La opción 1 implica, como es obvio, un pago anual al centro  por el mantenimiento de esos embriones (gastos de nitrógeno líquido, banco de embriones…)

El donarlos a otras parejas  (opción 2) es gratuito y te exime de pagar ninguna cuota, pero por ley, la edad del óvulo del que provienen esos embriones ha de ser menor a 35 años, así que es una opción a la que no se pueden acoger las mujeres que superan esa edad.

En cuanto la posibilidad de cederlos a la investigación, aunque es una opción que aparece en la Ley de Reproducción Asistida, la realidad es que actualmente no existe ningún proyecto de investigación con embriones humanos  ya que los pocos que hay en marcha utilizan embriones de otras especies animales.

Por eso, las parejas que deciden la opción de donarlos a la ciencia han de saber que, en tanto no haya un proyecto al que destinarlos (al que deberán dar su autorización), esos embriones siguen siendo responsabilidad suya, y por lo tanto, deberán hacerse cargo de la conservación.

La última de las opciones, la del cese de la conservación, también está regulada por la Ley.  Para poder acceder a este supuesto, se exigen dos informes médicos ajenos al centro que aseguren que, o es médicamente imposible una nueva gestación o que la vida de la paciente correría grave riesgo en el caso de volver a quedarse embarazada.  En la práctica, afortunadamente, dichos informes se pueden hacer en casos contados.

Sé por experiencia que a muchos pacientes no les preocupa este tema mientras están realizando la FIV, es más, para muchos su objetivo es hacer el máximo número de embriones posible…

Pero también me encuentro con algunas parejas para las que el hecho de generar embriones sí les supone un problema ético-moral importante.  Lo que hacemos en estos casos es fecundar sólo los ovocitos que vamos a transferir y vitrificar el resto de los ovocitos.

Como podéis comprobar, decidir el destino de los embriones una vez generados no es una tontería.  Y debemos ser conscientes de ello.

Hablemos de la donación de óvulos (II)

Hablemos de la donacion de ovulos IIUna vez la paciente acepta la donación de óvulos como una salida a su problema de fertilidad, el camino que debe recorrer es, a nivel de medicación y de controles, mucho más fácil.

De hecho, es la donante la que se va a someter a controles estrictos e inyecciones de medicación subcutánea diarias, mientras que la receptora sólo necesita tomar estrógenos (ya sea en comprimidos o parches) para preparar su endometrio.

Hoy en día, existen dos maneras de hacer la donación de óvulos. La primera es utilizar óvulos congelados. Cómo comenté al explicar la vitrificación de óvulos, esta opción nos ofrece la posibilidad de generar óvulos (en este caso, de donantes) que se guardan en el banco y se descongelan para ser inseminados con el semen de la pareja en el momento en que la receptora ya está preparada. Este sistema es muy cómodo pero precisa de un buen programa de vitrificación de óvulos (y no todos los centros lo tienen).

La otra opción es utilizar el ciclo en fresco de la donante, es decir, en el momento de la punción folicular de la donante sus óvulos se inseminan con el semen y se obtiene embriones para transferir en la receptora.  Esta vía precisa de la sincronización de los ciclos de la donante y de la receptora, es más lenta y a veces aparecen sangrados en la receptora que nos obligan a cancelar el tratamiento y volver a empezar, pero no implica la vitrificación previa de los óvulos.

Los centros utilizan un método u otro en función de la experiencia que tengan y de los resultados obtenidos.  En definitiva, lo que se busca es conseguir embriones que den lugar a un embarazo y esto se logra tanto con óvulos vitrificados cómo con el ciclo en fresco.

 

 

 

La vitrificación de óvulos.

La vitrificacion de ovulosHasta hace pocos años, sólo podíamos congelar embriones, así que la posibilidad de vitrificar óvulos ha revolucionado de nuevo la fecundación «in vitro» permitiendo preservar la fertilidad femenina.

Existen varias situaciones en las que decidimos utilizar esta técnica. La primera es, cuando queremos preservar la fertilidad de aquellas pacientes que, en edad fértil, son diagnosticadas de algún tipo de cáncer que requiera de un tratamiento oncológico (quimioterapia o radioterapia).

Estos tratamientos pueden producir una reducción importante, y a veces completa, de la reserva de óvulos, produciendo problemas de fertilidad o incluso, un fallo ovárico prematuro. En estos casos, si la paciente no tiene pareja, o si aún teniendo, le supone un problema moral congelar embriones, se le pueden extraer los óvulos y guardarlos antes de iniciar la quimio o la radioterapia.

Otra de las situaciones por la que se vitrifican óvulos (la que más demanda está teniendo hoy en día) es para preservar la fertilidad en mujeres que no buscan un embarazo ahora pero que no descartan la maternidad en el futuro y que, sabiendo que la calidad de los óvulos empeora con la edad, quieren mantener intactas sus posibilidades de embarazo.

Me gustaría remarcar una cosa importante que deberían de tener en cuenta aquellas pacientes que se están planteando vitrificar sus óvulos: este tratamiento cumple con sus expectativas si los óvulos son de mujeres menores de 35 años. ¿Y esto qué quiere decir? pues algo que parece obvio pero que no tienen claro muchas mujeres, y es que para poder «preservar la fertilidad» ha de EXISTIR una buena fertilidad. Y por encima de los 35 (y sobretodo 38 años) los óvulos que vitrifiquemos no están garantizando que puedan conseguir un embarazo en el futuro.

Así que, una reflexión: de poco sirve que una paciente vitrifique óvulos con 40 años y que deposite en ellos todas las esperanzas de conseguir futura maternidad , porque a esa edad la probabilidad de que esos óvulos sobrevivan a la descongelación posterior y consigan buenos embriones es realmente baja.