Los abortos de repetición (II)

Existen causas demostradas que dan lugar a abortos de repetición. La más frecuente es la causa genética. De hecho, se estima que un 50% de los abortos habituales puede ser debido a una alteración de la genética embrionaria.
Otra de las causas demostradas es el llamado síndrome antifosfolipíco. Es un transtorno de la coagulación que, de no ser tratado, puede dar lugar a la formación de trombos en los vasos que llegan al embrión. Estos trombos son verdaderos «tapones» que impiden la llegada de sangre al embrión y, por lo tanto, su evolución.
Existen también otras alteraciones de la coagulación asociadas a los abortos de repetición, como el Factor V de Leyden o la mutación de la protrombina.
Las alteraciones de la anatomía del útero, como la presencia de un tabique o «septo» en el útero, algunas enfermedades endocrinas (como la diabetes o el hipotiroidismo) o autoinmunes, también pueden ser causa de dichos abortos.

Los abortos de repeticion II

Un nuevo campo de estudio están siendo las causas inmunes. Los procesos inmunes son vitales para nuestra supervivencia ya que nos permiten eliminar virus, bacterias o cuerpos extraños. Nuestro organismo los detecta y envía una serie de células que los destruyen (o al menos lo intentan). Se sabe que, en condiciones normales, en la mujer embarazada tienen lugar unos mecanismos que hacen que su cuerpo acepte el embrión. Es decir, en el útero gestante, de alguna manera, los procesos van a favor de la protección de ese cuerpo extraño que es el embrión. Si estos cambios fallan, se puede producir un rechazo que lleve a la pérdida del embrión.

El tratamiento de los abortos de repetición irá dirigido, lógicamente, a la causa del problema. Desde el uso de heparina y aspirina en los problemas de coagulación hasta la posibilidad de realizar un estudio genético del embrión previo a la transferencia para evitar abortos de causa genética, pasando por la realización de cirugía si existiese un problema en el útero… Lo importante es adecuar el tratamiento a cada pareja. El uso de corticoides, o la sensibilización con células paternas en el caso de que el problema sea inmunológico (lo que se conoce por la «vacuna» cuando los anticuerpos antipaternales son bajos) son tratamientos que todavía están en fase de experimentación.

Algo que sí se ha demostrado, en aquellas mujeres con abortos de repetición a las que no llegamos a diagnosticar la causa, es que sólo el hecho de realizar un control muy exhaustivo al inicio del embarazo puede aumentar la tasa de embarazo evolutivo del 30 al 70%. Es lo que llaman el «tender loving care».

Por lo tanto, sólo si hacemos un completo estudio previo, si cuidamos como se debe a estas pacientes (nosotros les hacemos controles ecográficos semanales) y si estamos abiertos a nuevos tratamientos, podremos conseguir nuestro objetivo final.

Los abortos de repetición

Los abortos de repeticionCuando hablamos de problemas de reproducción, casi siempre pensamos en aquellas parejas que nunca han conseguido un embarazo. Pero no siempre es así. Existen muchas parejas que llegan a tener embarazos, pero éstos no finalizan. Es lo que se considera parejas infértiles (o abortadoras de repetición) y, en mi experiencia, éste puede ser un proceso muchísimo más duro, con un desgate físico y psicológico muy importante.
Existen varios tipos de abortos en función del momento en el que se producen:
-Los abortos bioquímicos, son los que suceden en los primeros días después de confirmar el embarazo. En estos casos, no se llega a ver por ecografía ni tan siquiera el saco gestacional.
-Los abortos clínicos, son aquellos en los que se ha visto el saco por ecografía. Pueden dividirse en precoces o tardíos según la semana de gestación en la que ocurran. Así, si ocurren antes de la semana 12 se consideran precoces, y tardíos si aparecen entre las 12 y las 20 semanas.
La existencia de un sólo aborto no implica realizar ningún estudio adicional. De hecho, se ha demostrado que un 30% de los embarazos no evolucionarán correctamente.
Pero con dos abortos la cosa cambia. Ya no es cuestión de «mala suerte» y por eso la gran mayoría de expertos recomienda iniciar los estudios específicos para intentar descubrir cuál es la causa.
¿Y por qué con dos abortos y no con tres como se hacía antes? Pues porque se ha visto que la posibilidad de que aparezcan alteraciones en las pruebas es muy similar entre las parejas que han tenido dos o aquellas con tres o más abortos.

Aún así, todavía hay ginecólogos (que no son expertos en reproducción) sin esta información que no solicitan ningún estudio hasta que no se confirma un tercer aborto. En nuestras manos está cambiar esta mentalidad. Cuánto antes estudiemos el caso, más abortos podremos evitar.

Sobre las causas de los abortos de repetición … mejor lo dejo para el próximo post.