Y después de la beta positiva, ¿qué?

Para muchas parejas, llegar a conseguir una prueba de embarazo positiva es un logro que no habían alcanzado nunca.  De ahí, la alegría que supone ese resultado. Y lógicamente, no es para menos.

Pero es importante recordar estos datos: en la especie humana, la tasa de abortos es alrededor de un 15% de las gestaciones clínicas. Y este valor llega a doblarse si incluimos los embarazos tempranos (con beta positiva). Por lo tanto, si extrapolamos, entre un 25 y 30% de las parejas con una beta positiva no tendrán un embarazo evolutivo.

Y despues de la beta positiva que

Cuando hablo con los pacientes, me doy cuenta de que todos ellos se han preparado y asumen un fracaso en el tratamiento. Pero para la mayoría, ese fracaso implica una beta negativa. Muy pocos son realmente conscientes de que la beta positiva no es, ni mucho menos, el final del camino.

Un camino que ha sido muy duro.  Por eso, el resultado positivo parece ser la recompensa final.  Pero, desgraciadamente, ésta es una carrera de obstáculos, y muchas veces, no sólo no será el final sino que será el inicio de otro difícil periodo: el de las primeras semanas de embarazo.

Por encima de todo, las pérdidas.  La angustia de sangrar estando embarazada sólo la saben aquellos que han pasado por algo así antes.  Pérdidas caprichosas que pueden aparecer desde días antes de la beta, el mismo día o incluso sin venir a cuento días más tarde, acompañadas de dolores abdominales que nadie explicó que se podrían tener. Es una montaña rusa de sentimientos. Alegría, prudencia y desesperación ante el sangrado. Y muchas preguntas sin respuesta: después de todo lo que he pasado, ¿por qué a mi? ¿he hecho algo mal?

La realidad es que las pérdidas son bastante frecuentes, y no siempre indican que el embarazo no vaya a evolucionar. De hecho, muchas veces, el aborto se diagnostica  con una ecografía de rutina, en pacientes que no han tenido ningún sangrado. Lo que es evidente es que, ante las pérdidas, debemos disminuir la actividad física (así como evitar la relaciones sexuales) y aumentar los controles ecográficos para ver la evolución. Y sólo podemos esperar. Esperar que ese embrión siga adelante…

Y después… cruzar los dedos e ir superando el resto de etapas del embarazo. Todo un reto para esos embriones. Por algo lo llaman el milagro de la vida.

 

 

 

 

Los síntomas después de la transferencia

La transferencia embrionaria es el último contacto que tengo con los pacientes antes de saber si ha funcionado o no el tratamiento. Es un momento muy emocionante, la culminación de muchas horas de dudas y miedos, en el que los pacientes pueden seguir todo el proceso, viendo incluso sus embriones por una pantalla. A pesar de haber hecho muchísimas transferencias, reconozco que me sigue pareciendo un milagro de la ciencia…

Los sintomas despues de la transferencia

Una vez hemos acabado, y mientras la paciente está unos minutos en reposo en la misma camilla donde se ha realizado la transferencia, me gusta aclarar los últimos conceptos.

De entrada, que la medicación que están siguiendo no la pueden dejar bajo ningún concepto hasta que sepamos el resultado de la prueba de embarazo y, si es positiva, deberán continuar con esa medicación unas semanas más.

También comento los diferentes síntomas que pueden aparecer en esos días. Siento decir que no existen síntomas específicos de embarazo. Cualquiera de los síntomas que aparecen pueden deberse tanto a un embarazo como a la progesterona que administramos como suplemento a todas las pacientes que se someten a una FIV . Así, si sangro, me duele el abdomen o me duelen los pechos, puede ser que se esté iniciando un embarazo, o puede que no…

Incidiré en el sangrado, por ser el síntoma que más preocupa a todos. A veces la paciente puede empezar a sangrar los días previos a la prueba de embarazo. Algunas parejas creen que si hemos transferido dos embriones y finalmente sólo implanta uno, el otro se expulsa sangrando. No es cierto, si un embrión no se implanta no crece y punto. El sangrado puede deberse precisamente a la implantación del que sí que va a seguir adelante.

Por eso, ese sangrado no necesariamente quiere decir que el tratamiento no haya funcionado, puede aparecer porque ha habido una implantación embrionaria.

Otras veces, desgraciadamente, el sangrado es ya un aviso de que vendrá la menstruación.

El que una paciente sangre unos días antes de la prueba ni descarta ni asegura un embarazo. Sólo podemos esperar y confirmarlo con la realización de una prueba de embarazo (BHCG) en sangre.

Por cierto, voy a aclarar algo que también genera muchas dudas: la BHCG se debe hacer un día u otro en función de la evolución que tengan los embriones transferidos, es decir, que si transferimos un embrión de día +3 se debe hacer a los 11 días, pero si transferimos un blasto (+5) la prueba ya será válida a los 9 días.

Después de esta explicación, intento convencer a las pacientes que no se observen ni se «escuchen» mucho esos días. Sé que es practicamente imposible. Sólo aquellas mujeres que han pasado por un tratamiento de reproducción asistida pueden entender los sentimientos que se tienen esos días. Pero el no dar tanta importancia a los síntomas, nos puede ayudar a sobrellevar mejor la espera.